IX EUFORIA
No iba a ser todo malo.
Tengo razones para no haberme suicidado.
En mi es habitual los sentimientos extremos.
La euforia y la alegría extasiante forman parte de mis emociones habituales.
Cuando algo me gusta o me apasiona, lo hace de verdad. Es cierto que no me suele gustar cualquier cosa. Por lo que creo que cuando me pasa lo vivo al limite.
Es maravilloso vivir las cosas buenas de este modo tan absoluto. Te sientes como una niña, como si fuera la primera vez que va a un parque acuático.
La alegría que vives es contagiante y todo tu alrededor la vive de algún modo u otro.
El problema: es que de repente esa emoción pierde intensidad.
Pueden ser mil razones, pero las que yo suelo experimentar son: desinterés, le comienzo a ver fallos ...
Y paso del sentimiento positivo más puro a la apatía o indiferencia.
Realmente es super fuerte, mi mente le exige más, y como no lo da, la rechaza.
Tal y como hace conmigo.
Por lo que vivo picos de euforia y rachas largas de apatía y exigencia.
Claro, la gente se piensa que soy bipolar, y no es así.
Primero, la bipolaridad no es eso.
Y segundo, forma parte de mi obsesión.
Nada me parece lo suficientemente bueno como para mantener esa sensacion.
Además, no sé si os pasa a vosotros, pero es muy difícil mantener un sentimiento tan absoluto. Es que os juro que, en ese momento, me parece la ostia. Y nada es para siempre.
¿Os ha pasado alguna vez?
Hoy creo que firmaré de otra manera:
La Intensa
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